Relación de artículos y noticias |
Desde que se iniciase, hace ya tres años, la jubilación del baby boom, España comienza a notar en sus arcas públicas el efecto del desequilibrio entre las altas y las bajas en el sistema. Hasta que se jubilen los nacidos en 1978, es decir, hasta dentro de 18 años, el Estado deberá realizar un esfuerzo titánico para financiar el gasto anual en pensiones contributivas, que será del 16% o 17% del PIB, aproximadamente.
Europa se encuentra actualmente sumergida en un reto importante, pues su objetivo no es otro que crear una política energética común que permita limitar la dependencia de terceros países (como Rusia y los estados del Golfo), especialmente en época de conflictos, además de la transición energética para limitar las emisiones de carbono. Pero dentro del propio viejo continente figuran dos posiciones contrapuestas...
Todos nos sabemos el PIB, la inflación y el Euríbor. Pero hay otros indicadores mucho menos conocidos, y mucho más extraños, que los economistas utilizan para averiguar cómo va realmente la economía... o cómo se comportará en el futuro. Y, curiosamente, algunos de ellos tienen un historial de acierto bastante bueno. Sobre todo, comparado con la eficacia general de los métodos de predicción de estos temas.
Europa, el viejo continente. Decadencia, no logramos seguir el ritmo de otros. Solo somos capaces de aportar nuestro gran mercado interno para forzar a las empresas internacionales a adoptar nuestros estándares. Todo esto se comenta en muchos ámbitos, pero, ¿qué hay de cierto? La verdad es que bastante. En Europa nos hemos quedado atrás, no solo frente a países emergentes como China, sino frente a nuestros supuestos iguales, como EEUU.
Estudiar bien el mercado y analizar la viabilidad de un negocio es crucial para evitar el cierre de una empresa en menos de 3 años. Y es que según el CEPYME, solo la mitad de los negocios sobreviven y tienen éxito una vez superado este tiempo. No importa que sean nacionales o internacionales, pues algunas empresas que alcanzaron la gloria, finalmente, tuvieron que echar el cierre antes de lo previsto.
Estonia alcanzó en 2020 un PIB per cápita en paridad de compra de 38.394 dólares, unos niveles que suponen, por primera vez, superar a España que asume unos niveles de 38.334 dólares. Si bien hay una coyuntura determinada por el gran impacto del shock del covid en la economía española, lo cierto es que Estonia ha ido mostrando unos resultados económicos excelentes en su histórico.
El problema de la banca española no es solo de una coyuntura determinada que deba iniciar una reestructuración dado el tamaño elefantiásico adquirido en el pasado, se trata de un problema de modelo de negocio. A pesar de la concentración entre grupos bancarios, hay más competencia a través de la industria fintech que ataca cada segmento de negocio de la actividad bancaria: crédito, productos de inversión, sistemas de pago, etc.
Parece que por fin en Europa ha sabido ver que, sin gigantes tecnológicos europeos, no había apenas futuro para los ciudadanos del Viejo Continente, y se han lanzado a sentar las bases de la nueva era digital en Europa. El Cloud debía ser necesariamente la primera de esas bases, y como tal es la primera que nos va a llegar. Ahora ya habrá todo un futuro digital por delante made in Europe.
El sector automovilístico está en proceso de cambio y para eso necesitan una transformación en la conectividad, autonomía, servicios de movilidad y electrificación de los productos que sacan al mercado. En este escenario, el coronavirus ha supuesto una paralización de los planes del sector, con el cierre de gran parte de las fabricas y concesionarios de coches por las medidas impuestas por la alarma sanitaria.
Aunque los conceptos se parecen, Ingreso Mínimo Vital no es lo mismo que Renta Básica Universal (RBU): el primero es un complemento en forma de subsidio para aquellas personas que previamente justifiquen que no alcanzan determinado nivel de ingresos o que pertenecen a un determinado colectivo, mientras que el segundo consiste en una suma de dinero que todo residente de un país recibe regularmente del gobierno sin condiciones, independientemente de que perciba cualquier otro ingreso, de su situación económica o de con quién conviva.