Relación de artículos y noticias |
A finales de 2022, un estudio de 451 Research reveló que, en los últimos doce meses, el 54% de las organizaciones encuestadas había trasladado cargas de trabajo o datos fuera de la nube pública, citando cuestiones como la seguridad de la información y la soberanía de los datos como principales preocupaciones. Además, un porcentaje significativo de estas organizaciones había cancelado más de la mitad de sus despliegues basados en la nube, evidenciando un movimiento significativo hacia la llamada repatriación, o cloud repatriation.
Hace algunos años, se convirtieron en una de las grandes novedades – y en una de las grandes esperanzas – en el sector de gran distribución: las cajas de autoservicio, planteadas para que, de manera supuestamente sencilla, un cliente pudiese llegar a ellas con los artículos que había comprado, escanear sus etiquetas, ver el total adeudado, y hacer el pago simplemente pasando por un lector la tarjeta de crédito o débito.
El enorme tsunami de noticias referidas al desarrollo de algoritmos generativos o de machine learning en general, y a sus posibles efectos, tiene a muchos preocupados con respecto a lo que perciben como una de sus amenazas supuestamente más importantes: la pérdida de puestos de trabajo. Que la tecnología dé lugar a una pérdida de puestos de trabajo no debería resultarnos sorprendente: ha ocurrido en muchísimos momentos de la historia de la humanidad y se ha convertido prácticamente en una constante.
Hace algunos años, se convirtieron en una de las grandes novedades – y en una de las grandes esperanzas – en el sector de gran distribución: las cajas de autoservicio, planteadas para que, de manera supuestamente sencilla, un cliente pudiese llegar a ellas con los artículos que había comprado, escanear sus etiquetas, ver el total adeudado, y hacer el pago simplemente pasando por un lector la tarjeta de crédito o débito.
Lo primero que hay que entender es que la pandemia no va a terminar mañana, ni en unos meses. Lo más razonable, y lo que debemos empezar a entender si no queremos caer en el desánimo, es que esta enfermedad va a estar con nosotros durante mucho, muchísimo tiempo, y que incluso cuando declaremos terminada la pandemia, estaremos hablando de una enfermedad endémica.
Varios países como España, Francia o Alemania anuncian nuevos planes para favorecer las ventas de vehículos eléctricos, incrementando los incentivos a su adquisición y con otro tipo de medidas. Otros, como Turquía, apuestan incluso por la fabricación nacional de vehículos eléctricos. En el caso de Alemania, los incentivos coinciden además con un fuerte incremento de los impuestos para los vehículos de gasóleo de tamaño grande, y con una medida adicional: la obligación de que todas las gasolineras instalen puntos de recarga eléctrica.
¿Nos lleva la evolución tecnológica a plantearnos ciudades en las que el transporte está, de alguna manera, incluido como un servicio más en la infraestructura de la propia ciudad, logrando así modelos de uso más sostenibles, que reducen el impacto de la congestión y de la contaminación? Iniciativas como las descritas nos acercan a un futuro de ciudades más orientadas a los ciudadanos y menos a sus vehículos, a alternativas que propongan un uso mucho más racional de los recursos y a modelos de uso que, salvando las incomodidades lógicas de toda fase de adaptación y cambio de costumbres, podrían tener mu