Relación de artículos y noticias |
La digitalización de las empresas no se basa sólo en la transferencia y almacenamiento de datos o el trabajo desde una nube. Las compañías, grandes y medianas, están afrontando los cambios, imprescindibles en este nuevo entorno digital, desde muchos prismas. Uno de ellos es la realidad aumentada y su aplicación se ha extendido más de lo que pensamos, especialmente en estos dos últimos años.
Las personas no son infalibles. Las máquinas, tampoco: se limitan a reproducir lo que nosotros hacemos y pensamos. Cada vez se delegan decisiones de mayor trascendencia en sistemas automatizados. Y cada vez son más sonoros sus fracasos, que pueden hundir la vida de una persona y hasta derribar gobiernos.
La Comisión Europea presentó el pasado 21 de abril la primera legislación sobre Inteligencia Artificial, delimitando un marco legal para abordar los riesgos y sesgos de la IA en aras de garantizar la seguridad y los derechos fundamentales de los usuarios, a fin de que haya confianza en el desarrollo y la adopción de la IA.
Todos los consensos sobre los que se levantaba el capitalismo del siglo XXI parecen haber saltado por los aires. Uno de los más destacados es el de la posición de la industria, en este caso física. Durante muchos años los países occidentales aceptaron deslocalizar sus fábricas a cambio de acceder a bienes de consumo baratos producidos en otros rincones del planeta. Esto tuvo efectos positivos y negativos. En el camino engrandeció a China.