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Los frentes abiertos de la industria del motor se van traduciendo en planes de recorte de empleo y producción. La caída de los resultados y menor demanda, en medio de una transición al eléctrico que genera dudas en el cliente y la regulación, ponen encima de la mesa un problema de sobrecapacidad y la necesidad de ajustar costes para ser competitivo. Europa lo sufre especialmente.
Punto de inflexión para Corporación Hijos de Rivera, fabricantes de la cerveza Estrella Galicia y dueños de las aguas Cabreiroá y Auara, entre otras marcas. La compañía cerró el ejercicio 2023 con unos resultados muy positivos y lograron por primera vez en su historia superar los 100 millones de euros en beneficio, un 28% más que en el año anterior.
El potencial ofrecido por la aplicación de la IA a muchas actividades productivas ha llevado a los analistas a plantearse todo tipo de preguntas. ¿Reemplazarán las máquinas a los seres humanos? ¿Revolucionará la IA los procesos de producción y dará lugar a un crecimiento sin precedentes de los niveles de vida? ¿Transformará las organizaciones, con la eliminación de los mandos intermedios y su sustitución por un ejército de tecnólogos encargados de entrenar algoritmos? ¿Hará más desigual la distribución de la renta y llevará a un incremento de las tensiones sociales?
Durante años, China ha sido la fábrica del mundo. Es capaz de producir prácticamente cualquier cosa y sus obras han sido enormes llevando al país a una modernización que ningún otro ha logrado en tan poco tiempo. El puente más largo del mundo une los polos industriales de China, mientras que sigue siendo una potencia exportadora de primer nivel. Sin embargo, la guerra comercial entre los Estados Unidos y China ha hecho que el Gigante Asiático ya no sea el mercado idóneo para que muchas empresas deslocalicen allí sus fábricas. Por este motivo, se están buscando nuevos mercados en los que se pueda tener un a
España debería dar un golpe de timón a su política industrial para mantener el control sobre sectores estratégicos y reforzar la españolidad de multinacionales clave. Es la conclusión a la que han llegado varios expertos en materia de inversiones extranjeras en industrias imprescindibles para el país.
Cloudflare es una de las empresas más importantes del mundo de internet. No es algo que conozca mucha gente, ya que solo los más experimentados suelen tener conocimiento de la existencia de esta empresa. Sin embargo, la última vez que se cayó cundió el pánico en toda la red de redes. De hecho, la caída de Cloudflare causó que se cayera internet a nivel mundial. Cosa de la que no hace tanto tiempo, ya que fue hace menos de un año. Esta compañía de seguridad online tiene 100 lámparas de lava en sus paredes, y el motivo es realmente curioso.
La globalización en clave liberal ha sido fuertemente cuestionada desde la gran crisis del 2008, pero su ruptura, tal vez definitiva, podemos datarla en la reacción frente a la pandemia de la covid a partir de marzo del 2020. Con la finalidad de proteger las empresas en sectores críticos de posibles adquisiciones hostiles a los intereses de cada país, se volvieron a levantar barreras a la inversión extranjera, y se recuperó así esa vieja especialidad jurídica ya casi olvidada. La regulación fue concebida como temporal, pero todo apunta a que pueda prolongarse indefinidamente.
Desde que a finales de la década de los años setenta se le permitió en España abrirse una cuenta corriente a su nombre sin autorización marital, la mujer ha avanzado a pasos agigantados en la conquista de su libertad financiera, aunque aún esta brecha de género sigue abierta. Así se desprende de un estudio que concluye que si bien el 75% de las mujeres se consideran independientes en este ámbito económico, la mayoría de las que afirman no serlo (un 66%) tiene la impresión de que nunca lo logrará.
Tras décadas de desprecio a la industria, de pensar que Europa iba a ser un continente de servicios, nos damos cuenta de la imperiosa necesidad de fabricar. La pandemia nos mostró nuestras carencias. Nos faltaba de todo: textiles avanzados, piezas críticas para uci o chips electrónicos. No basta con saber (ciencia). Hay que saber hacer (tecnología) y hay que hacer aquí (industria).
El debate es especialmente intenso en los Países Bajos por su pequeño tamaño y elevada densidad de población pero con el agravamiento de la crisis energética ha llegado a más países de Europa. Irlanda acaba de descubrir que en el 2021 los centros de datos consumieron el 14% de su electricidad, más que todos sus hogares rurales, y la proyección es que en el 2030 llegue al 30%. También en Francia y Luxemburgo hay cada vez más voces críticas.