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¿Dónde está el punto adecuado entre saber si un teletrabajador o incluso un empleado con jornada presencial está siendo productivo y la falta de confianza o incluso el espionaje? Con el avance de la tecnología, las empresas están recurriendo a diversas formas de vigilancia para mantener un ojo sobre las actividades de sus empleados. Pero, ¿hasta qué punto es ético y justificado este control?
Precios elevados y una red de electrolineras limitadas son los principales frenos para el parque automovilístico eléctrico en España, según ha explicado el expresidente de Tesla Motors y actual director general de la plataforma de inversiones DVx Ventures, Jon McNeill. McNeill ha señalado a Noruega, Dinamarca o China como "casos de éxito" en el "aumento de la compra de este tipo de vehículos" debido al incremento y mejora de sus redes de carga, mientras que en España "no hay suficientes cargadores, no son cómodos o fiables".
Cataluña ha sido tradicionalmente puerta de entrada de multinacionales a España debido a su tradición industrial y comercial, y la Generalitat acaba de actualizar los datos sobre la presencia de filiales extranjeras con actividad en la región, a través de un informe de la empresa pública Acció que también detalla cuáles son las principales filiales industriales, según su nivel de facturación.
La base de datos incluye la ubicación, el tamaño y otras características de estos proyectos solares. Este nuevo recurso público permitirá a los investigadores observar las tendencias en el desarrollo de la energía solar a gran escala, así como informar sobre la ubicación y planificación de futuros despliegues que contribuyan a los objetivos de la Administración Biden-Harris de descarbonizar el sector eléctrico para 2035.
La industria de los seguros tiene como objetivo (más allá de obtener beneficios) reducir los riesgos de sus beneficiarios. Son empresas que, a través de la estadística y millones de datos obtienen un beneficio a la vez que cubren riesgos que serían inasumibles en caso de materializarse de forma individual para sus clientes. Aunque resulte un tanto paradójico, esta industria experta en la seguridad podría ser la punta de lanza de una crisis de solvencia que sacuda al sistema financiero mundial.
Maersk, uno de los grandes actores del comercio marítimo y el transporte de mercancías a nivel global, ha anunciado que se prepara para un era de menores ventas internacionales. En ese sentido, la firma ha avisado de que eliminará 10.000 puestos de trabajo para proteger su rentabilidad ante un mercado del transporte marítimo que ven deprimido hasta 2026. Tras conocerse la noticia sus acciones se desploman hasta un 18% y ya está en su nivel más bajo en tres años.
Guerras, una pandemia, proteccionismo, inflación, cambio climático... El escenario económico ha dado un giro brusco y rápido tras décadas de relativa calma. Buen ejemplo de ello es Alemania (y de una forma más extensa la Unión Europea), un país que hace no tanto parecía tener una economía asentada en unos pilares indestructibles, y que ahora parece condenada a reinventarse a marchas forzadas con una transición de por medio dolorosa.
La riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) se situó en 2 billones de euros en el primer trimestre, lo que supone un aumento del 2,9% en tasa interanual, según las cuentas financieras publicadas por el Banco de España este martes. Los datos también reflejan una moderación de la deuda de los hogares hasta el 51,1% del PIB, frente al 56,8% de marzo de 2022.
El mercado mundial de bonos soberanos se sienta sobre un barril de pólvora cuya mecha contacta directamente con el Banco de Japón (BoJ). Las grandes tenencias que los inversores japoneses detentan de bonos extranjeros dado el escaso rendimiento que ofrecen las notas soberanas niponas tras años de políticas monetarias ultralaxas amenazan ahora con saltar por los aires si el banco central del país decide en cualquier momento virar el rumbo hacia el endurecimiento. La magnitud del riesgo es tal que hasta el Banco Central Europeo (BCE) ha lanzado una inusual advertencia.
Alemania ha entrado en recesión técnica. La economía más grande de Europa se ha contraído durante dos trimestres consecutivos. El retraso inherente a los datos de PIB (es un indicador que da información del paciente cuando este ya ha muerto o se ha recuperado) y la levedad de la contracción ha restado importancia mediática a la caída de la tradicional gran locomotora del euro. Sin embargo, la recesión de Alemania podría estar revelando algo que va más allá de factores puntuales -que también están lastrando hoy la actividad-. Podría ser el reflejo de la crisis de un modelo que aboca al país a reinventa
La recuperación económica de China era una de las grandes esperanzas de una economía global acorralada por la incertidumbre, la inflación y la creciente fragmentación. Sin embargo, hace unas semanas comenzaron a aparecer los primeros datos que revelaban la pérdida de impulso la actividad china. Este mal augurio parece confirmarse con un indicador casi en tiempo real de la economía del gigante asiático: el precio y la demanda de cobre. El precio de este metal ha entrado en una estructura de mercado que se conoce como contango y que se produce cuando hay exceso de alguna materia prima (en este caso cobre) en el
Son tantos los factores y variables en juego, que resulta casi imposible predecir lo que va a suceder en la economía, al menos, en el corto plazo. Tras años de dominio absoluto gracias a una industria potente y un mercado laboral que ha funcionado casi a la perfección, la economía de Alemania se enfrenta a la recesión. Por el contrario, los países del sur de Europa, que parecían condenados al estancamiento y al infortunio económico tras la crisis del covid, van a liderar el crecimiento del euro, al menos, hasta 2024.
Hoy, con 21 millones de ocupados (contribuyentes) y algo más de 9 millones de pensionistas, el sistema de pensiones públicas en España (la parte exclusivamente contributiva) ya sufre un déficit real -gasto en pensiones contributivas menos los ingresos por cotizaciones sociales- que supera los 50.000 millones de euros.
Mientras la pregunta de qué empleos se verán afectados en los próximos años por el desembarco de la inteligencia artificial vuelve a copar el debate económico y político, lo cierto es que se trata de una realidad muy presente para uno de cada tres españoles, cuyo trabajo diario se ve ya organizado, evaluado e incluso penalizado por algoritmos.